La energía nos cuesta cada vez más. De 2008 a 2012, el precio de la electricidad para consumo doméstico ha subido un 60%. Y todo apunta a que la tendencia se mantendrá. ¿Hay algo que podamos hacer? ¿Es posible ahorrar energía (y dinero) sin renunciar al confort? Sí. Pruebe a seguir estos consejos: